23/10/10

MANUEL



El eco de sus pasos sonaba fuerte en el silencio de la noche. La temperatura era agradable a pesar de estar ya en otoño; como todos los días se acercaba al metro ya bien pasadas las diez de la noche.
Andaba rápido con los ojos mirando al suelo y apenas se cruzaba con transeúntes.

-“¡Estoy harto! No puedo seguir así, me quedo hasta tarde todos los días y la empresa no lo tiene en cuenta ¡No puedo más!”- se decía.

MÁS DURO QUE LA TRISTEZA.




Se adentraba por una calle estrecha y oscura.
Andaba pensativo y no se fijaba por donde iba; a veces sentía su cuerpo estremecerse.
Hacía frío, estábamos en invierno y no se encontraba vestido adecuadamente.
Su mente vagaba por infinitos espacios, por pensamientos inconexos que no acertaba a controlar.
Su caminar cansino y sin rumbo despertaba extrañeza en quienes se cruzaban con él.
Las manos en los bolsillos, el cuello de la chaqueta subido y los pantalones algo caídos le daban un aire entre vagabundo y chulesco.

AIRE Y AGUA



Abro los ojos con dificultad.

Lo hago poco a poco intentando abrirme a la realidad sin sobresaltos.
Hoy debe ser domingo; creo recordar a pesar del intenso dolor de cabeza que anoche estuve de juerga y era sábado; sólo salgo los sábados.
Además de la memoria viene a confirmarme la juerga mi estómago. Los efluvios del alcohol siguen paseando por él.

TEFÍA






¡Chabola menos cuarto!
Va gritando entre lonas y sorteando vientos
Se oyen risas, responden gritos.
El cielo gris esconde el aurífero astro
del que no duele aún su rayo.
Se ajustan el Chapiri y las trinchas
y sus sandalias pisan los vómitos de las ancestrales tierras.

¡Chabola menos cuarto!
Palabras repetidas al amanecer
que a los jóvenes espíritus guerreros enardecen.
Con sus verdes pieles y su ligero calzado
saltan a la arena cual ganado desbocado.
Se colocan en filas frente a su morada de lona.
manos detrás, piernas abiertas, los cabos esperan a la ruidosa tropa.

¡Chabola menos cuarto!
Cenizas, higueras y montes pelados.
Las piernas juntas, los brazos pegados
Mirando al cielo un símbolo ondeante dales la bienvenida.
Marcha y pista americana.
Se aprestan a la lucha los cachorros de la legión
saltando como caprinos entre el picón.

¡Chabola menos cuarto!
Cuánta alegría había en el mesón
hecha ya la jornada de tiro e instrucción.
Una vez superado el laberinto de bidones y la cuerda sobre el pilón
Bocatas y cervezas, cubatas y colchón
combustible ideal para ideales incombustibles.
Griterío dentro y fuera bajo la mortecina luz sombras irreconocibles.

¡Chabola menos cuarto!
Todo el esfuerzo se diluía en animosas charlas
y estruendosas risas.
Y allá las luces del pueblo como estrellas de esperanza.
Esperanza de cabrito con mojo picón y quizá borrachera.
Entre medias esa noche de anaranjado celestial
que a todos dejó helados aunque fuera de fracción infinita.

18/10/10

DOMINIQUE


Dominique tenía que hacer un viaje al extranjero por razones de trabajo y necesitaba poner al día algunos documentos.

La mañana era espléndida y a pesar de estar ya a comienzos de octubre el sol se derramaba con fuerza.
Su andar era alegre; la acera ancha y muy arbolada, era un grato lugar para el paseo.
Llego a la comisaría y buscó en el directorio la oficina de pasaportes; ésta se situaba en el segundo piso y a él se encaminó.

EL DESAMOR Y SU TORMENTO.





Estaba solo en el patio, ese lugar limitado pero sin límites, espacio de su imaginación.

Todo el mundo se fue a comer, estaba tranquilo y el bullicio de hace un instante se
esfumó; era su momento preferido, su rato de introspección, su momento simplemente,
todo suyo.
Todos se comportaban como niños, por grupos entre gritos, risas y empujones se retiraban hacia los comedores.
Él se quedaba siempre en el patio, se encontraba muy bien allí solo, tranquilo, disfrutando de una paz que necesitaba.

11/10/10

LA MANSIÓN.


Todos estábamos tristes; mejor dicho… abatidos.
La planta calle era el microcosmos por donde deambulábamos: el hall, los pasillos, la cocina, los armarios, la biblioteca, el salón. Sí, sobre todo el salón, se había convertido en nuestro espacio vital.
Apenas salíamos de él y nuestra vida transcurría en ese mundo atestado de humanidad;
el único lugar con intimidad era el cuarto de baño.

EL HAMBRE



El sol le daba en la cara, su cuerpo se calentaba poco a poco.
A pesar de lo temprano que era el sol estaba furioso.
Su mente embotada intentaba aclararse, apenas recordaba lo sucedido la noche anterior.
De lo único que estaba seguro es de la gran borrachera que cogió- “otra como tantas en definitiva”- pensó.
Su cuerpo se iba desperezando al calor del día; se incorporó sobre el banco en el que había pasado la noche.; su cuerpo apenas le obedecía, sentía náuseas; estaba acostumbrado era una sensación corriente en él.

Gacelito















-¡Hola madre! Qué buen día hace.
- Por fin hijo ¿Dónde andabas?, llevo toda la mañana buscándote desesperada. He gritado tu nombre a los cuatro vientos y no tenía respuesta ¡Tuve miedo!- bajó la cabeza y cerró los ojos.
-¡Perdóname madre no era mi intención preocuparte! Anduve un buen rato persiguiendo a una mariposa y llegué más allá del bosque; la mariposa revoloteando a mí alrededor quería jugar y no pude dejar de seguirla.

SÈTE


El sol parece haber ganado la batalla diaria en su lucha perpetua con las tinieblas, en el horizonte nace con timidez el día.
Estamos llegando a la playa y el olor a mar con su brisa fresca y húmeda me abofetea la cara; bajo la ventanilla para empaparme del amanecer.

10/10/10

COMPUESTOS BINARIOS


¡Estate quieto!

Debo tener cuidado y no dejarle comer todo lo que le apetece, mi mascota es insaciable y se come todo lo que tiene a mano y sea comestible.
Su boca grande, su morro fino y sus ojos saltones le dan un aspecto melancólico que me llega al corazón.
Desde el primer día que la vi me enganchó, por eso me quedé con ella.
Los dos en torno a una mesa parecemos enamorados poco habladores; solos una vez más.
Desde que me dejó mi mujer ya hace tres años, no soy capaz de tener una pareja estable; algunos flirteos con mejor o peor suerte pero nada serio.

¿Es Japón nuestro futuro?


Japón tiene características de lo que pensamos pueda ser la sociedad del futuro.

a)Alto nivel de uso de la tecnología.
La tecnología está en todas partes:
En el hogar con sus decenas de gadgets que nos hacen más llevaderas y placenteras las faenas diarias.
En el trabajo para facilitar el control, mejorar la productividad y la comunicación.
En el transporte que acorta distancias; elemento indispensable de la sociedad avanzada.
En las instituciones y superestructuras sociales: ministerios para control social, seguridad, predicciones. etc...

b)Megalópolis muy tecnificadas.
Ciudades inmensas y superpobladas. Sin el uso intensivo de la tecnología las ciudades de este tipo no serían viables y si pudieran existir serían una jungla y no un lugar para vivir.

c)Superpoblación.
La mejora de la sanidad y la salubridad han aumentado la esperanza de vida. El futuro parece que pasa por vernos obligados a urbanizar cada día más para dar cabida a todos.

d)Sociedad superorganizada y controlada.
Es una consecuencia de lo anterior, no se podría vivir en sociedades superpobladas sin una organización exhaustiva y el control es parte de la organización sobre todo en el ámbito de la seguridad y  el movimiento de personas.

e)Competitividad muy alta en ámbitos como la cultura, lo profesional.
Aspectos inherentes a una sociedad capitalista que premia y busca la productividad. La lucha por los mejores puestos de trabajo, cada día más escasos en un mundo que elimina mano de obra humana, con sus mejores remuneraciones hace que desde la infancia haya que pelear por sobrevivir al común.

Esto es básicamente lo que pensamos caracterizará la sociedad del futuro, nuestras sociedades del bienestar actual que debido a la globalización entrarán( están entrando ya) en un proceso de cambio radical.

¿Pero funciona este modelo? ¿El futuro ha de ser así?

Sigue siendo la tercera potencia económica del planeta, China es en la actualidad la segunda.

Su economía está estancada desde hace una década; pienso que es un sintoma de cansancio: no se puede mantener eternamente una sociedad en el aumento constante del consumo para sobrevivir.
Esto vale para nosotros y demuestra que hemos de cambiar el paradigma en el que sustentamos nuestro crecimiento, la crisis actual en occidente viene a decir algo similar.
Se han de buscar otros objetivos, otros valores, otro paradigma en definitiva. La vida no puede ser un constante consumir para engrasar la maquinaria económica que no puede detenerse.

Sus ciudadanos salen de vacaciones por todo el mundo; pero tienen menos vacaciones que los occidentales.

Es unos de los países con más suicidios del mundo.

Es un país poco amable con los forasteros, admite poca emigración.

Viven en casas minúsculas, que no es resultado del sistema pero sí necesario por la superpoblación.

Es una sociedad todavía jerarquizada y clasista.

Sus ciudadanos son sumisos, no se dan ni se han dado revueltas; este es otro de los fundamentos del "éxito" de esa sociedad.

Es una sociedad con relaciones frías, muy metódica y con un ocio solitario exacerbado.

Tribus urbanas extrañas dan cobijo a una juventud virtual y alienada.

La organización y la educación existente en esa sociedad es fruto de una necesidad ancestral por hacer viable una sociedad masificada. No es un signo de la modernidad.
Las sociedades avanzadas y Japón también experimentan un decrecimiento paulatino de los nacimientos.
Es decir, que las sociedades cuanto más ricas menos hijos tienen.

Por lo tanto la premisa de la masificación no parece que tenga que ser el destino de nuestras sociedades.
Y aunque tengamos que importar mano de obra para hacer viable el sistema productivo y de bienestar  ( el que se pueda) las autoridades podrán controlar esta afluencia.

La competencia por los puestos de trabajo mejores existirá pero en la medida que el sistema de enseñanza bascule de forma adecuada a los estudiantes hacia lo que cada momento sea más necesario para la sociedad,dentro de la libertad de elección, no se entrará en la situación Japonesa donde las personas viven desde la infancia en la angustia de ser el mejor para conseguir un puesto de trabajo.

Para terminar, pienso que la actual poca densidad de población en España es un buen principio, el futuro de superpoblación si llega en algún momento llegará más tarde que a otros. Las consecuencias de competencia laborales, culturales y de todo tipo están más lejanas.
La menor disposición del latino a la sumisión también es un seguro contra la alienación Japonesa.
Las relaciones más calurosas en nuestra sociedad, con la gran influencia de la familia, es otro seguro de vida.

La sociedad va camino de cambiar de forma radical y no siempre somos conscientes de hacia donde, pero estoy seguro de que hay otros modelos de futuro que no sean el ejemplo Japones.

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