Se quedó paralizado mirando lo que sucedía...la luz deslumbrante ocupaba todo el espacio, lo imposible cubría lo posible, lo vacío...era.
Lo intuido se hacía realidad y en la misma medida su alma se llenó de gozo.
La visión de que un nuevo mundo se avecinaba...ya estaba aquí, hizo brotar lágrimas de sus ojos claros.
¿Por qué no nos dimos cuenta antes? ¿Qué impedía al hombre abrir los ojos a su corazón?
Esa masa de gente tranquila representaba el comienzo, jóvenes y viejos, hombres y mujeres, todos juntos de la mano creando el camino, el único, el que ha sido tantas veces ocultado.
¿Qué existe fuera de nosotros? ¡Nada!
Somos la medida y a nuestra medida hemos de hacer las cosas y tenemos el deber y la obligación de la acción.
¡Que no nos hagan el camino!
Coincido totalmente con tu reflexión, no sólo es preciso abrir caminos y zanjas y lo que haga falta, pero no perdamos toda esa energía que bulle por las plazas de nuestro país.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu respuesta anterior que también comparto.
Vaya, que bien! Muy bueno el escrito, comparto las mismas ideas...y ya que ando por aquí muchas gracias, por siempre comentar en mis escritos! Saludos!
ResponderEliminarAbsolutamente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarMuy buen escrito, te felicito...
Besitos en el alma
Scarlet2807
gracias Scarlet.
ResponderEliminarSomos como una hoja en blanco, y a medida que vamos caminando, vamos llenando esa hoja de experiencias, de riqueza, de fracasos...
ResponderEliminarUn placer leerte, Valandan.
Besos.
Gracias Carla,
ResponderEliminarEl placer es mío.
Un beso.