15/5/13

Historia de un fracaso.





La noche oscura como el infierno estaba de su lado, desde una prudente distancia observaba la pequeña y blanca casa. Un coqueto hogar para los fines de semana en la playa; era de los Roberts, vecinos de Nueva York pero que gustaban de pasar las vacaciones en este paraje solitario de la costa de Maine, un espacio de aguas heladas y arenas de oro.
Fumaba escondiendo con la mano el cigarrillo en un movimiento visto en muchas películas de cine negro al que era adicto. Imaginaba ser una especie de Marlow, enfundado en su gabardina gris y con el sombrero calado hasta los ojos. Una suave brisa balanceaba los altos y oscuros pinos, la noche traía aires salados del inmenso atlántico; observaba desde el lugar ideal para ver y no ser visto, los frondosos árboles abrazaban con sus ramas el suelo creando espacios recogidos y secretos en torno a sus troncos. Esperaría a que la oscuridad se hiciera dueña de las almas cándidas para dar su golpe. Hacía un buen rato que las luces se apagaron dentro de la casa…pero sabía que el sueño profundo no llegaría hasta más tarde.

-¡Sabes que la familia de la playa tiene un montón de pasta guardada!
-¿Qué dices Edgar? Estás siempre igual con tus fantasías…¡sólo dices tonterías!
-No…son…fantasías…Tiger…me lo ha dicho mi madre que habla con las hijas cuando vienen a comprar a la tienda.
Tiger bebía una cerveza de la botella, se la estaba tomando casi entera de un trago, no respiraba y Edgar temía que su amigo se atragantara. Después de unos segundos larguísimos retiró la botella de su boca con una ruidosa muestra de satisfacción.      
-¿Y…dónde dice tu madre…que tienen los Roberts el dinero?- El tono chulesco de la pregunta puso el vello de punta a Edgar.
-Lo…lo guardan en una caja fuerte…es…escondida en el armario de…de la habitación de la hija mayor.
Tiger miraba con ojos sanguinolentos a Edgar; éste nunca tuvo muchas luces y temía los arrebatos de Tiger, no sería la primera vez que le pegase por no parecerle bien lo que decía… 
Tiger se tomó el resto de la cerveza de un trago nervioso, dejó la botella en el pequeño mostrador del bazar y dándose la vuelta se despidió
-¡Nos vemos…Edgar!

La noche traía sus sonidos oscuros, ruidos extraños y de vida soterrada. Tiger se imaginaba las plantas naciendo al amparo de la noche, creciendo lentamente hasta conseguir su lugar en la tierra, a escondidas para no llamar la atención. También veía a pequeños animales, seres diabólicos y tenebrosos que regurgitaban  vida, que crecían sin parar hasta dominar el bosque marcando los confines del ser humano.
Llegó el momento mientras el frío se apoderaba de la noche. Sigilosamente rodeó la casa buscando los ventanales que daban al jardín trasero. Con una pequeña palanca abrió la hoja corredera del ventanal, fue un golpe sordo y maestro, dejó de respirar unos segundos…nada sospechoso se oía; el viento soplaba helado y los sonidos del bosque habían callado. El mundo entero parecía haberse rendido, sólo el ulular del viento hablaba a las almas malditas dispuestas a llevarse lo prohibido, a arrogarse el papel de justicieros en las permisivas tinieblas.

Un soplo acogedor, mensajero lleno de vida, le acarició; con un andar cuidadoso penetraba en el sagrado hogar. Con los sentidos alerta intentaba situarse en este lugar extraño donde rojizas alfombras amortiguaban sus indecisos pasos. Las habitaciones estaban en el piso superior y allí se dirigía. Algunos reflejos rompían la noche al cruzar por delante de las ventanas, su mano derecha apretaba un gran puñal brillante como el acero pero cargado de maldad  y rencor mil años guardados.
Despacio, con el cuerpo en tensión Tiger subía las escaleras, todo iba bien, unos pocos metros le separaban de la habitación más pequeña donde según la madre de Edgar se situaba la caja fuerte llena de riquezas. Al llegar al distribuidor acalló como pudo su corazón buscando el mínimo ruido que delatara que alguien estuviera despierto. Los crujidos de la madera sonaban como diminutas explosiones secas y rápidas en el agobiante silencio de la noche. Frente a él se entreabría la puerta de la habitación donde se dirigía, la empujó suavemente...
Pasa a la habitación con sigilo y empuja  con cuidado la puerta hasta cerrarla.
  
La oscuridad sólo rota por los destellos de la luna a través de la ventana le ayudaba a deslizarse sutilmente sobre la mullida moqueta, se acercaba como un fantasma a la cama. Tenía que ser rápido y no podía haber ruido, de lo contrario todo se complicaría y sería difícil salir bien parado…se jugaba mucho…no quería volver a la cárcel.
Tapó la boca de la niña con una mano y dejó caer todo su peso  sobre ella; sobresaltada quiso moverse pero el peso tremendo del hombre lo impedía, quiso gritar pero la fuerte mano no le dejaba; la niña con los ojos llenos de terror trataba de entender lo que sucedía, su corazón desbocado le golpeaba el pecho.
-Shhh…-Tiger intentaba tranquilizarla, necesitaba que le dijera cómo abrir la caja fuerte
-No te haré daño si te portas bien...no grites  y no te muevas…¡Sí no haces lo que te digo te mataré!- Le daba las órdenes al oído mientras le ponía el puñal en el pecho.
Pasaban los minutos y la niña parecía ir tranquilizándose, poco a poco él se fue levantando pero sin dejar de taparle la boca y pinchándole el pecho con el puñal.
-¿Cómo se abre la caja ?- le preguntó muy bajo pero de manera amenazadora apretando al mismo tiempo un poco más el puñal. Apartó un poco la mano sobre la boca.
La niña no articulaba palabra atenazada por el miedo, sus ojos aterrorizados no dejaban de mirar al hombre…rompió a llorar.   
-¿Cómo se abre!-el tono de voz aunque bajo denotaba nerviosismo, el silencio de la niña le desesperaba-¡Venga dime!
Tiger empezaba a sudar, la tensión subía…no podía esperar más…necesitaba la información ya…Empujó el puñal sobre la carne que se abrió con facilidad, el cuerpo de la niña se estremeció y le tuvo que tapar la boca con fuerza para que su grito no se oyera en toda la casa. La herida empezó a sangrar…
-¡Venga dime…venga…pequeña puta!
La niña movía los labios queriendo decir algo, Tiger acercó el oído y aflojó algo la presión sobre la boca-No…te…tenemos…caja fuerte…-Un hilo de voz aterrado apenas se oyó.
-¡Qué dices…maldita! ¡Sé que tenéis mucha pasta y me la voy a llevar! Dime dónde está…sino te mataré…¡lo digo en serio!- El tono de voz subía y el peligro aumentaba.   
Tiger sudaba como un animal; la situación pintaba mal y no podría mantenerla así mucho tiempo, los padres terminarían por oír algo y si se despertaban sería un desastre.

-“¡Quién me ha engañado! ¿Y si es verdad que no tienen dinero guardado? ¡Maldita sea! O la niña es muy estúpida o decía la verdad.”- Tiger cavilaba y se maldecía. Cerraba los ojos, los abría, cerraba la boca y la abría como queriendo gritar, estaba enloqueciendo por la frustración.
Enormes gotas de sudor le caían por las sienes, sus ojos llenos de odio miraban al vacío…aprieta con todas sus fuerzas la mano que tapa la boca de la niña e introduce con decisión el cuchillo, el frío acero corta la carne como mantequilla…la niña da un respingo y el cuerpo queda flácido sobre la cama. Tiger se aparta del cuerpo sin vida; una enorme mancha de sangre empieza a empapar las sábanas. Despacio se pone de pie y se aleja de la cama, se mueve de un lado a otro y se pone a mover los brazos dando cuchilladas al aire…
Después de unos segundos frenéticos decide sentarse en un rincón agotado por la enorme tensión y mete la cabeza entre las piernas…

"No debes dejarte llevar por los amigos  hijo mío, es muy importante que sigas los estudios para el día de mañana."
"¡No madre! Estoy harto de escucharla…siempre con sus monsergas…"
"¿Por qué…me gritas…hijo? Sabes que te lo digo por tu bien. No te enfades conmigo…Si no te aplicas no llegarás a ningún sitio…"
Tiger se daba pequeños golpes en la cabeza cargados de rabia contenida; imágenes de una vida pasada venían a su mente sin pedir permiso…¡Y le dolía!
"Sabes que no me gustan tus amigos, son unos vagos todo el día jugando en el campo."
"¡Cállese madre! Voy con quien quiero y mis amigos me quieren…no como esos tristes y estúpidos empollones estirados."

La puerta del dormitorio se movió ligeramente produciendo un leve crujido; Tiger paró todo movimiento y muy despacio levantó la vista hacia la puerta, como un león a punto de saltar sobre su víctima apretó sus manos contra el suelo, atravesaba la oscuridad con la mirada, quería descubrir qué se movía. Un ligero brillo lunar le descubrió lo que sucedía, se levantó como un rayo empuñando su puñal hacia la puerta, una deslumbrante explosión le proyectó de nuevo hacia la cama…Cayó como un pesado fardo a un lado de la misma, un terrible dolor le comía las entrañas.
Tendido miraba al techo y descubrió que tenía unos bonitos dibujos, pequeñas y azules estrellas poblaban este hermoso cielo casero…con las manos en la barriga intentaba contener el río de vida que se alejaba de él.
“¿Qué había pasado? ¿Qué monstruo le había atacado de esta manera? ¿Qué dragón había atacado al guerrero más valiente? ”- Su cabeza le daba vueltas y miles de ideas intentaban volverle loco.
-¿Madre dónde está? ¡Maa…dre…! Le te..tenía que haber he…hecho caso…tenía ta…tanto miedo, siempre sólo, siempre sentía frío…¡Madre! ¡Vuelva madre…no me deje sólo!
Otro disparo a quemarropa calló a Tiger.       

6 comentarios:

  1. Amigo, soy Eliz desde mi otro blog :)¡hago una reverencia y me quito el sombrero! me he quedado pegada al monitor con sorpresa, terror y cierto placer oscuro, tu maestría en estos relatos puedo compararla con los del gran Poe ¡GENIAL!

    ResponderEliminar
  2. Gracias ELIZ/ABRIL, tus palabras crean en mí una zozobra existencialista...remueven mi alma.
    Poe,Bukowski,Salinger,Capote...xdios Eliz no me nombres a esos dioses del olimpo literario.

    ¡Gracias!

    ResponderEliminar
  3. Antonio, llego en esta tarde de domingo a tu espacio y me quedo atrapada en la maestría de tus letras. En la intensidad del relato que va in crescendo a medida que la atención del lector y la tensión de la historia se acercan, se juntan, porque así lo construye inteligentemente el autor.
    Las imágenes de género negro del principio dan paso a la inmersión en la psicología del personaje magistralmente lograd y que me recuerda a los caracteres de Dostoievski. La atmósfera angustiosa del párrafo final está muy bien lograda.
    La sentimos, la padecemos, la vivimos.
    Amigo, un muy buen relato.
    Genial en todos los aspectos. Enhorabuena.
    Feliz, muy feliz de leerte.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Gracias Felicidad; Si hay un libro que me marcó, además de El extranjero de Camus, fue Crimen y Castigo.La atmósferas nerviosas,angustiosas y como ahondaba Dostoievski en la psicología de los personajes siempre me parecieron magia. Este humilde aprendiz agradece enormemente tus opiniones de maestra.

    Besos.

    ResponderEliminar
  5. Uffss...creo que quedé sin aliento durante todo el relato...es impresionante, te hace encoger el corazón...

    Eres un genio amigo, sencilla e inmensamente...

    Bsazo!! ;-)

    ResponderEliminar
  6. Gracias Ginebra; hago lo que puedo...en un intento de crear cuentos interesantes. Gracias por pasearte mi blog.

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario.

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...