Llega la noche y mi cuerpo cansado anhela un respiro, sediento de paz rebusco entre los restos del día un lugar donde estar, un espacio solitario donde descansar y...olvidar lo pasado...olvidar...
Por fin la noche trae un refrescante soplo de vida que nubla las ansias, donde sonidos amortiguados y voces alegres navegan por las calles hirvientes.
En ellas luces resplandecientes en lo alto enmarcan los besos furtivos de los ingenuos enamorados, despistados seres que buscan fundirse.
Algunas almas cándidas miran las estrellas buscando una sonrisa.
Una señal amiga que les descubra el sentido de la vida...un sentido que no existe...un final abrupto, inapelable...frío, una farsa...
En mi tranquila habitación tumbado sobre mullida superficie sujeto un vaso lleno de vino, bebida fresca que traerá calor a mi solitario corazón.
En ese espacio oscuro y acogedor sobrevuela una melodía, una canción que templa mi alma, voces oscuras de alegre emoción.
Bebo un gran trago de vino y noto como el áureo líquido baja por mi garganta y llega a mi cabeza.
Me arrastro y de debajo del aparador saco una caja, la abro, acaricio un lustroso revólver, su corazón helado me seduce...un destello ciega mis ojos...
Aturdido dejo el vaso en el suelo y de un salto me levanto, fundido con la música mi cuerpo comienza a girar, extiendo los brazos, voy para un lado, giro, voy para el otro y sigo girando.
Me sirvo otro gran vaso de elixir y sigo dando vueltas, giros, saltos...y más vueltas.
Las vueltas y más vueltas terminan elevándome, siguiendo la melodía mis pies pierden el contacto con la mullida superficie, me alejo con los brazos abiertos, alucinado me rio, planeo...
Estoy contento, más...estoy feliz, hacía tanto tiempo que no lo era...tanto tiempo...
Planeo, giro, me elevo...una dulce ensoñación abotarga mis sentidos...el viinoo...el vin...el vi...
Tirado en un gran charco de sangre un hombre con una pistola entre los dedos mira al techo.Un hombre...muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu comentario.