4/5/13

La Suerte.




-¡Queeé meee diceees!-alargando las palabras de una manera chulesca el calvo arremetió su boca hasta la cara del negro.

Le cogió de la pechera de manera brutal, sus enormes y fuertes manos le sacudieron tanto que sintió sus huesos crujir.
-¡Te..he...dicho...que...no...puedes...estar...aquí! ¡Este país es para nosotros, los auténticos hijos de la patria!
El energúmeno no dejaba de zarandear al hombre, éste terriblemente asustado era incapaz de emitir palabra alguna; sólo era capaz de sentir terror.
-Qué hacemos con esta mierda de tío-sus palabras llenas de desprecio tenían un tono macabro que asustaron al acompañante del calvo.
-Tú verás...éste sobra...tú verás...-el otro hombre, pequeño y con boina militar no paraba de fumar mientras escupía estas palabras.
El calvo seguía sujetando al negro con fuerza y su boca a unos milímetros de la cara de la víctima escupía hediondas gotas de saliva.
Al oír a su compinche el calvo le suelta con fuerza y deprecio; el negro cae al suelo como un paquete, sus cabeza da contra el suelo dejándole medio inconsciente.
-¡Le mataré!...este cabrón va a saber lo que es bueno...cómo nos las gastamos aquí...
-¿Sí...quítalo del medio...del medio...jajaja?-el hombre de la boina gritaba y movía la cabeza de forma nerviosa, fuera de sí y sin dejar de fumar.
El pobre hombre dolorido y sin apenas moverse, tirado en el suelo, no era capaz de pensar, de adivinar qué le podía pasar. No podía abrir los ojos, ni quería; su mente alejada volaba por la inmensa sabana verde; a lo lejos un pequeño poblado de chabolas de ramas, bañado suavemente por un recodo de un río caudaloso rompía la monotonía del horizonte. A las puertas del poblado un pequeño cercado lleno de animales y delante unas decenas de personas con ropas coloridas saludándole...
-¡Shavo...Shavo...! Una niña de finas y trabajadas trenzas le gritaba y le saludaba levantando un brazo, sus gritos siempre llegaban muy lejos y él la oía, la oía desde todos los países por los que pasó en su búsqueda de una vida mejor; la oía cuando cerraba con fuerza sus ojos.
Hace varios años que se marchó de su país, un país que maltrataba a sus pobladores; los soldados, los políticos, los extranjeros...todos hacían lo que les venía en gana y nada importaban los habitantes de ese lugar. Los mataban, se los llevaban a la guerra, violaban a sus mujeres; pero él no estaba dispuesto a vivir esa maldita vida, esa no vida llena de penurias.
Un amigo de la ciudad le comentó la posibilidad de irse a occidente, un lugar donde la gente tenía todo el trabajo que quería y donde los gobiernos cuidaban a los ciudadanos, un lugar lleno de maravillas.
Él estaba dispuesto a viajar, a luchar para cambiar su destino, trabajar en lo que fuera para llevar a su familia algo de dinero que les cambiara la vida.
El calvo sacó de su chaqueta una pistola de pequeño calibre, se aseguró de que estaba cargada y miró al de la boina; éste le sonrió con una estúpida mueca.
Un fuerte sonido seco rasgó la noche en ese descampado, a lo lejos las luces de los rascacielos tintineaban entre la niebla.
Dos hombres se alejaban compartiendo una botella, unos amigos compartiendo un buen rato.

6 comentarios:

  1. que relato tan impresionante y tan fuerte nos compartes Antonio, me ha golpeado profundo porque en mi país se vive algo similar desde hace mucho, me encanta que con tus relatos nos hagas reflexionar eres un gran escritor!!!un abrazo fuerte :)

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  2. Crudo relato, y desgraciadamente más cerca de la realidad que de la ficción...el mundo se desmorona, y nosotros con él...

    Un placer leerte ;-)

    Bsos!

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  3. Antonio, gran dominio, amigo, de los diálogos que nos "iluminan" sobre una historia oscura y terrible. El triste destino de tantos que huyeron del maltrato social, económico o político de sus países hacia la tierra prometida. Y lo que resultó de ese encuentro siempre duro, complicado y a veces trágico.
    Un placer siempre leerte.
    Un abrazo

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  4. Gracias Eliz;es una penosa realidad en muchos lugares del planeta; en todos aquellos en los que el miedo y el rencor atenazan a los descerebrados y éstos lo pagan con los más débiles del momento, sea su color el que sea y su origen también.
    Por eso hay que dejar claro quienes son los malos.
    Gracias por tu consideración, este principiante que escribe disfruta con la generosidad de sus lectores/ras que le regalan bellos adjetivos.
    Besos.

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  5. Muchas gracias Ginebra,sí un relato crudo y real por desgracia.Las noticias diarias nos descubren violencias increibles que sobrepasan el entendimiento humano(por eso quienes lo ejercen no deberían considerarse humanos). El mundo parece desmoronarse cada día más...sin embargo creo que a todos los seres humanos de todos los tiempos les ha ocurrido algo parecido; qué decir de todos aquellos Europeos que vivieron tiempos llenos de violencia extrema de tiempos de guerra;la sensación de desmoronamiento es propio de fines de ciclo y espero que éste sea uno de ellos y que lo que venga sea sustancialmente mejor.
    El placer es mío porque me lees.
    Besos.

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  6. Gracias Felicidad por tu comentario.
    Siempre me han preocupado/intrigado las casualidades,los resultados determinados por la casualidad,por la inoportunidad.Cómo unas vidas pueden cambiar por cruzarse en el camino. Ese juego, que en este caso es negativo,inexplicable e inexorable.
    Parte de ese juego/ruleta es también el continuar de la vida, la misma sigue demasiadas veces como si nada hubiera ocurrido. Mientras unos sufren, otros muy cerca difrutan; y además muchas veces por degracia esas vivencias/emociónes están entrelazadas. Unos sufren por la felicidad de otros...terrible pues.

    Es un placer para mí siempre leer tus comentarios.

    Besos.

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