La semana santa ya pasó...menos mal que nos queda la feria.
Será sustantivo tomarse algún finito, algún canasta y desde luego esa cerveza bien fría que sólo se toma aquí.
Sé que hay que beber con moderación y por ello sigo la consigna. Sin embargo este año es de apetecer echarse a la bebida.
Si no fuera por la salud, me perdería en olas de cerveza y vino.
Yo era de los que pensaba y creía en el milagro español; la realidad me despierta, me sobresalta dándome una bofetada mayúscula.
Se me caen los ejemplos, después de los especuladores, el espoleo de lo público, viene la metedura de pata de nuestro monarca.
No parece que los políticos sean capaces de sacarnos de este pozo en el que ellos y sus mariachis los financieros (¿O es al revés?) nos metieron.
Pero...y volviendo al principio, difrutaremos de la vida, de las cosas sencillas y de la feria.
Seremos una vez más los ciudadanos de a pié los que lucharemos para que este país se normalice, a pesar de todos los pesares.