La fría oscuridad.

La expresión de sorpresa le desfiguraba la cara horriblemente.

Andaba en la oscuridad más absoluta y sólo un punto diminuto de luz delante de él le indicaba que estaba en algún sitio y no en el vacío, en la nada más tenebrosa.

Ese punto apenas perceptible le indicaba hacia dónde ir, algo era menos que nada.

Acababa de abrir los ojos después de un tiempo indeterminado; no llegó a dormirse y aunque estuvo cerca en su pesado duermevela, en ningún momento perdió la consciencia.

Al abrir los ojos buscando la realidad se encontró con esa negrura irreal; le sobresaltó el horror más angustioso.

"¿Estaba dormido y soñaba...o estaba despierto?"- un hilo de saliva caía de su boca.
Le costaba respirar.  

Esa pequeña luz significaba esperanza, claridad entre los oscuros pensamientos que le asaltaban.Una terrible y desagradable sensación física le había invadido dejándole el cuerpo sin fuerzas. Se sentía atenazado, sujeto por algo inmaterial pero fuerte.

Para empeorar las cosas sentía como el suelo se movía bajo sus píes. Cada vez que pisaba con un pie, el suelo se levantaba del lado contrario.

El miedo le ahogaba y le tranquilizaba a la vez: le situaba en una realidad física aunque no entendiera nada.

Despacio, guardando el equilibrio con enorme dificultad, avanzaba hacia el único punto discordante.

Suponía que era una abertura, puerta o ventana, que le llevaría a la salvación, sin saber de qué debía tener miedo, de qué se quería salvar.

Debía caminar hacia esa luz, no le quedaba otra opción.

Por el camino sus sensaciones iban modificándose, el pavor se tornaba miedo y éste, asombro y de nuevo pavor y miedo... su cabeza intentaba entender algo sin llegar a ninguna conclusión.

Agudizaba el oído intentando recoger algún sonido, la mínima señal que le permitiera situarse...sentir.

Su caminar por ese suelo inestable le hacía muy difícil no caer para los lados; intuía que debía ir recto ya que si como le parecía el suelo pudiera ser como una cinta gigante, esta cinta tendría unos límites y traspasarlos podía significar caer al vacío, quizá...a la nada.

Sin poder calcular el tiempo, andaba hacia su meta.

Su existencia atemporal le mantenía en un limbo que le apretaba el corazón de manera brutal. A veces un rápido ruego, una mínima plegaria le tranquilizaba; debía mantener la cordura.

A pesar de ir avanzando la luz no se hacía más grande, quizá se alejaba cada vez más; esa mínima luz se hacía más pequeña a cada momento.

Algunas imágenes nacían como chispazos en su abotargado cerebro: gritos...caras...se abalanzaban sobre sus ojos...No debía perder la concentración, debía avanzar, avanzar, avanzar...

Sonidos que se alejaban, que parecían sumirse en el olvido...¿lloros?...

"Realidad, sueño, ¿qué eran esas imágenes? ¿esos ruidos, esos golpes? ¿Por qué le asaltaban? ¿Por qué esa violencia?..., la desesperación hacía mella en su cabeza aturdida por tanta conversación.

"¡De qué realidad hablamos!" se preguntó gritando en silencio, su corazón encogido le impedía abrir la boca. Conversaciones sordas inundaban su pensamiento. Nada de respuestas, sólo preguntas...

"¿Dónde estaba?"...su cabeza no descansaba, la espesa negrura que  envolvía todo era una boca enorme dispuesta a engullirle...

Estaba fatigado por el andar inseguro y la falta de perspectiva, deseaba parar y dejarse caer, abandonarse a la oscuridad y descansar.

Los ojos llenos de lágrimas le ayudaban a ver mejor, sumido en la desesperanza más absoluta miró al frente...la luz del final seguía igual...todo el esfuerzo resultó en vano, no avanzaba por mucho que anduviese.

El esfuerzo agotador le enfrentaba a sus límites. 

La cinta bajo sus pies se detuvo...la luz desapareció después de un aterrador ruido como cascada enloquecida. No tenía fuerzas para más," tanto esfuerzo para nada "-unas últimas palabas le vinieron a la mente.    

Tumbado en el suelo intentando recuperar unas fuerzas ya desaparecidas, cayó en manos de un sueño profundo.

Arriba algunas personas agachadas hundían sus dedos en la tierra y otras gritaban al cielo, una húmeda pared de piedra limitaba el lugar donde los internos descansaban...