-¡Hola madre! Qué buen día hace.
- Por fin hijo ¿Dónde andabas?, llevo toda la mañana buscándote desesperada. He gritado tu nombre a los cuatro vientos y no tenía respuesta ¡Tuve miedo!- bajó la cabeza y cerró los ojos.
-¡Perdóname madre no era mi intención preocuparte! Anduve un buen rato persiguiendo a una mariposa y llegué más allá del bosque; la mariposa revoloteando a mí alrededor quería jugar y no pude dejar de seguirla.