23/10/10

AIRE Y AGUA



Abro los ojos con dificultad.

Lo hago poco a poco intentando abrirme a la realidad sin sobresaltos.
Hoy debe ser domingo; creo recordar a pesar del intenso dolor de cabeza que anoche estuve de juerga y era sábado; sólo salgo los sábados.
Además de la memoria viene a confirmarme la juerga mi estómago. Los efluvios del alcohol siguen paseando por él.

Anoche me tomé demasiadas copas ¡Coño!
Con las sábanas cubriéndome la cabeza y boca abajo intento aterrizar en el mundo de los vivos.
Con fuerza tiro de las sábanas hacia arriba y dejo al descubierto mi cuerpo.
La habitación a oscuras está agradable, estamos en verano y la oscuridad la mantiene fresca; apenas oigo un pequeño murmullo que parece un ligero viento o…¡Agua?
Abro las piernas hasta que una de ellas toca el suelo; éste al ser de madera está tibio.
Si sigo por este lado me caeré al suelo y tendré que levantarme y no me apetece hacer esfuerzos.
Si me doy la vuelta que es lo más normal, sería partir de cero y terminar boca arriba.
¡No quiero quedar así tumbado!
Seguiré el camino marcado; después de la pierna derecha me seguiré arrastrando hasta que las dos piernas estén en el suelo.
Debo tener cuidado para no hacerme daño; me quedaré a cuatro patas ¡Como un perro…qué lastima!
Hago fuerzas con los brazos empujándome hacia el borde de la cama; con las dos piernas en el suelo debo colocar las manos y así terminar una primera fase.
Tengo las dos piernas y una mano en el suelo, ya sólo me queda bajar la otra mano.
Al fin no ha sido tan difícil, tenía miedo de nada.

Ehhh…¡qué pasa!

Mi cuerpo es engullido por el agua, un agua que no sé de dónde sale. Me pongo a nadar de cualquier manera. El suelo tibio de madera se ha convertido en un mar de líquido oscuro.
Consigo a duras penas sostener la cabeza fuera del agua; a veces algo de líquido me entra en la boca, pero me esfuerzo en seguir respirando.
Me llama la atención que el agua sea dulce, no es el mar sino que debe ser un lago o un río.
Todo a mi alrededor está oscuro y no consigo ver dónde puedo estar; ¿Cómo ha pasado mi habitación a ser un mundo de agua?
No alcanzo a entender qué ha podido ocurrir; pero tampoco puedo pensar demasiado, debo seguir nadando para no ahogarme, supongo que no tardará el día en nacer y con la luz espero ver dónde estoy.
Hay cosas que un hombre normal no puede entender, a pesar de que tengo el graduado escolar.
Se sabe que sólo utilizamos una parte pequeña de nuestra capacidad intelectual y así no hay manera de entender sucesos extraños como el que estoy sufriendo.
Los brazos se me están cansando, no podré seguir así mucho tiempo; decido ponerme a bucear para descansar los brazos.
Cojo aire con fuerza y dejo de nadar, mi cuerpo se comienza a hundir. El agua está tibia y me viene a la cabeza su semejanza con el seno materno; pienso en que esta sensación debe ser similar a la de los neonatos en el líquido amniótico ¡No es la primera vez que lo pienso!
Suelo analizar bastante los hechos diarios que acontecen a mí alrededor.
La muerte, la vida, sobre todo el nacimiento de la vida y la locura son temas que me apasionan.
A veces cuando me pongo a pensar detenidamente sobre estas cuestiones, creo llegar hasta su raíz y me asusto. Me entra una angustia al creer entender los porqués de la existencia.
Con la cabeza hacia el fondo; tengo que reconocer que al estar todo oscuro tengo dificultad para saber dónde está el fondo y dónde está la superficie, por lo que debo estar atento no vaya a ser que queriendo salir a respirar me hunda más.
Voy recuperando fuerzas al no mover tanto los brazos ni las piernas; cada poco con un pequeño esfuerzo saco la cabeza fuera del agua.
Tomo todo el aire que puedo y vuelvo a sumergirme; llevo una cadencia similar a las ballenas, supongo que el haber visto muchos documentales debe servir para algo.
No debo perder el ánimo y unos pensamientos irónicos no me vienen mal.
En lo que parece el horizonte creo detectar una claridad, espero que sea la salida del sol.
Sigo nadando y buceando, alternando lo uno y lo otro.
Abro los brazos como un pájaro abre las alas para volar; la sensación es maravillosa y la quietud me embarga.
Me deslizo con placer envuelto en los brazos más suaves que existen.
Se me olvida que tengo que respirar y a veces he de buscar la superficie con rapidez.
Abro la boca con ansia y me trago el aire desesperado.
La claridad es mayor ya; el horizonte se abre a un astro aún tímido.
Me quedo nadando en la superficie, a pesar de que me canso más, buscando respuestas.
Miro al cielo y no soy capaz de distinguir nada, la claridad ahora es total pero no se ven ni pájaros ni nubes ni el sol; un extraño color azul grisáceo ocupa todo el horizonte.
Sigo nadando y para descansar me pongo a flotar boca arriba.
No alcanzo a entender la situación; dónde estoy si hace unas horas estaba en mi cama, ahora flotando en unas aguas desconocidas…¡Dios mío, debo luchar para sobrevivir!
Una boca enorme quiere engullirme, me alejo de ella con fuerza, con los brazos abiertos y empujándolos hacia delante envío mi cuerpo más allá de las fauces.
La boca abriéndose otra vez, se acerca hacia mí con gran rapidez; unos dientes terribles pueblan esa oquedad.
Mi cuerpo flota en el aire y a pesar de que la sensación es parecida ya no estoy en el agua.
Me doy la vuelta deprisa para así correr mejor, mi cuerpo gira sobre si mismo con una facilidad pasmosa, sólo he necesitado pensarlo para que así suceda; encojo una pierna para empezar a correr y empiezo a bajar ¿O es a subir?
De nuevo estoy en el vacío, sin poder orientarme y a pesar de la claridad ninguna referencia me indica si estoy boca arriba o boca abajo.
Al moverme acelero moviendo los brazos; la boca amenazante me sigue, voy descubriendo que si no me muevo mi cuerpo se para y en cuanto muevo una extremidad mi cuerpo se mueve, tanto más rápido como mueva brazos y piernas. La dificultad es moverte hacia donde tú quieres ¿Hacia dónde quiero ir?
Me mantengo en movimiento alejándome del peligro.
Después de un rato de huir parece que la boca que quiere engullirme ha dejado de perseguirme.
En este ambiente gris en el que una fina neblina empapa hasta donde llega la vista, floto buscando entender y evitando morir en cualquier momento.
¡Creo que es importante conocer el medio para sobrevivir!
¿Quién me podría explicar lo que me sucede?
Supongo que nadie me puede explicar lo que me sucede; varias veces he pensado que puede ser un sueño; pero cómo es posible que un sueño sea tan real. Que tenga frío, que me ahogue en el agua, que sienta el aliento de unas fauces tan hediondo como cercano.
También que flote y moviéndome vaya hacia otros lugares ¡Qué locura es esta y…cómo va a ser esto un sueño!

¡Locura…he dicho locura? ¡Qué carajo! Loco; de eso nada, estoy muy cuerdo y uno no se vuelve loco en un instante. Anoche estuve bailando y bebiendo y no estaba loco, por qué lo voy a estar ahora.
Tengo que alejar estos pensamientos de mi cabeza ya que sólo me pueden dar dolores de cabeza y…no me viene bien ahora.
Miro a mis pies y nada hay por debajo o por encima; estiro los brazos y metiendo la cabeza entre los mismos me lanzo como un cohete hacia la niebla que está bajo mis pies.
Me apetece sentir la velocidad, notar que voy hacia ningún lugar a toda “pastilla”.
Estoy disfrutando y en una circunstancia como esta es muy importante el optimismo.
Cada vez voy más deprisa y sin embargo no recibo viento en mi cara; es una sensación muy extraña que no llego a entender.
La velocidad crea una fuerza contraria al sentido de la marcha que se traduce en un viento que yo debería sentir de forma violenta en la cara.
Voy con los brazos hacia delante como quien se lanza a la piscina.
De pronto entro de forma violenta en un entorno de agua; mi velocidad se aminora y siento que me ahogo.
Tengo que buscar de forma urgente aire ¿Dónde estará la superficie para tomar ese aire vital para mí?
Levanto un brazo y me agarro a la cama; con esfuerzo tiro de mí y saco la cabeza del nocivo líquido.
Una vez tumbado en la cama mi cabeza empieza a elucubrar buscando como siempre las razones de las cosas, y ésta es poderosa.
Supongo que en algún momento todo se aclarará; la naturaleza es extraña y más la mente.

Mojado pero ya más tranquilo siento Morfeo llegar.

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